Patricia y Thomas viven en Burdeos y decidieron con ilusión casarse en Pamplona. El lugar elegido fue la Iglesia de Recoletas, el marco perfecto para celebrar su boda.
Los invitados, llegados de diferentes lugares y muchos de ellos desde Francia, se dieron cita en la Plaza de Recoletas, deseosos de ver la llegada de los novios a la ceremonia. Esta estuvo repleta de entrañables y emocionantes momentos, acompañados por una música exquisita.
Tras la celebración, dimos un paseo por las murallas de Pamplona y por el Caballo Blanco, capturando esos momentos tan especiales de los recién casados.
Después del paseo nos dirigimos al Castillo de Gorráiz, para celebrar la Fiesta.
Me dejaron impresionado teniendo en cuenta la dificultad de organizar su boda desde otro país. Tanto la ceremonia como la celebración resultaron perfectas, cuidaron hasta el último detalle. Me siento muy afortunado de haber sido el fotógrafo de su boda.