Cuando conocí a Eider y David y me contaron su idea para el día de su boda me alegré un montón de ser su fotógrafo de boda.
Querían unas fotografías naturales y espontáneas, sin posados… Lo importante para ellos era poder rememorar el momento cada vez que vieran sus fotografías.
El lugar elegido por ellos fue la Iglesia de Badostáin y sus alrededores, un lugar estupendo para disfrutar de un paseo y hacer unas preciosas fotografías de pareja recién casada. Ella con su precioso vestido rojo y él con ese traje, tan apuesto…